Resulta que hace un par de meses más o menos, preparamos lentejas. No me preguntéis como se nos pasó, pero el caso es que sobraron unas pocas y la cazuela quedo apartada a un lado. Dejada de la mano de Dios. Se supone que como quedó con la tapa puesta, se nos fue la pinza por completo y días después, el olorcillo ya presagiaba que habíamos creado vida.
Una verdadera colonia de tonos blancos y azulados bastante grande y consistente y con un olor ya intenso.
Probamos a lavarla con todo tipo de productos y aunque a priori parece que quedó bien, nada más acercar el morro, el tufo hace acto de presencia.
¿Tiene solución o directamente tiramos la cazuela a la basura?
