Voy a apuntar las causas que considero más verídicas antes de ir a urgencias:
El siglo III significó una verdadera ruina, un baile de emperadores, y una inestabilidad política crónica. En lugar de proteger las fronteras, las legiones se dedicaban a proclamar emperadores e intentar sentarlos en el trono.
Diocleciano acabó con esto, pero sus reformas, necesarias, tuvieron un doble filo: al dividir el Imperio en cuatro, lo hizo más gobernable, pero también aumentó la burocracia. El ejército también creció, y con ello la carga impositiva sobre los súbditos.
La parte occidental, fundamentalmente agrícola, había sufrido mucho más que la oriental, ya de por sí más rica, con la crisis del siglo III. La tendencia de la clase senatorial a refugiarse en sus propiedades latifundistas y pasar de la vida política creció, y con ello su desinterés en el Imperio como estado. Para ellos, con el tiempo, sólo significaba una carísima carga, sin contraprestaciones de ningún tipo. No les importó, llegado el momento, pagar a los reyezuelos bárbaros para que se encargaran de la defensa en lugar de al cada vez más oneroso sistema burocrático imperial.
Cuando hasta la aristocracia de la ciudad de Roma creyó preferible seguir manteniendo la sartén por el mango tratando directamente con los godos en lugar de mantener la ficción de un estado, fue el final del Imperio en Occidente.
Las 23, chau.